jueves, 7 de marzo de 2013

Sobre Dios

Mi mamá y otros conocidos últimamente se preocupan por mi supuesto ateísmo. Y me preguntan de cuando acá la virgen, la biblia y demas elementos de la religión cristiana católica, han dejado de ser importantes. Y yo, un poco coaccionada por esa presión social he llegado a preguntarme lo mismo. Lo bueno, ha sido que he podido responderme con total tranquilidad y concluyo que ha sido así desde siempre. Gracias a Dios.

Nunca pude comprender que significaba todo aquello del bautismo, comunión y demás símbolos y tradiciones católicas, por más que en el colegio me explicarán una y otra vez la importancia de ser una buena cristiana. Incluso...debo decir que hasta me casé bajo el rito del matrimonio de la religión católica, dudando un poco de si efectivamente eso era lo que quería.

Hace unos años decía: la religión me sabe a cacho, curitas retrógrados y monjas amargadas. Hoy, pienso y veo el tema no desde una opinión rebelde e inmadura, sino desde una argumentación más meditada. Y llego a la conclusión de que la religión, esta o aquella, oriental u occidental, con Jesús o con Mahoma, con o sin María, es una creación cultural; inicialmente fomentada para ejercer control político, social y territorial por parte de unas élites sobre el pueblo y en los últimos tiempos como una forma de identificación y segregación.

Que si eres católico no harás esto, que si eres budista no harás aquello, que si eres cristiano no harás lo otro! Nos perdimos en el cómo y olvidamos el porqué!

Cuántas veces estamos convencidos que nuestras creencias son verdaderas y además las únicas defendibles? Porqué no podemos separar el ego y nuestros deseos de control y re-afirmación?

Tantas religiones hay en el mundo como tantos humanos han nacido y tantos nacerán. Ninguna tiene la verdad revelada, ninguna es cierta y ninguna es falsa. Todas son válidas.

Lo que no es válido es perpetuarlas como elementos de control o dominación, o como elementos segregadores y de juicio.

Si el fin es el mismo (tener paz en el corazón, vivir en el amor y en armonía con los que nos rodean) entonces para qué nos desgastamos en ponerle nombre?

Para qué nos desgastamos en inventar advocaciones, ritos, prohibiciones y mandamientos? Porqué no nos enfocamos a trabajar como especie en aquello que definimos como el ideal humano, aportando cada uno desde su lugar en el mundo?

Orar, meditar, rezar, invocar y pedir por aquello que consideramos el bienestar para este planeta sería de gran ayuda. No importa a quien le pidas, no importa en qué o en quién creas, lo importante es no continuar viviendo angustiados, desesperados, pasando por encima del otro, buscando el éxito por el éxito, malgastando energía y recursos...entonces no le agregues más conflicto a esta vida, olvídate de tu religión y acuérdate de Dios.



1 comentario:

  1. Me gusta :)
    Volver a lo básico, al origen, a lo natural es volver a creer.

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